Medios de Comunicación de masas

Автор работы: Пользователь скрыл имя, 02 Мая 2013 в 19:42, реферат

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La comunicación abarca diversas formas de interacción social, desde el intercambio de ideas en una conversación hasta la relación social a distancia entre individuos conectados ya sea a través de un medios escrito (por ejemplo a través de una carta, un telegrama, un medio de información, etc.) o a través de medios telemáticos masivos (tales como la prensa, la radio, el teléfono, la televisión, etc). A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre siempre ha sentido la necesidad de comunicarse debido a diferentes razones; el hombre es un ser social que no puede vivir aislado, necesita establecer una comunicación ya sea por medio de signos, sonidos, caracteres alfabéticos, ideogramas, gestos, señales, dibujos simbólicos, etc.

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Desde lo que pueda suponer la vinculación con personas para no ser espectador solitario, hasta la colectividad poco definida pero que condiciona comportamientos de reacción ante el mensaje que le llega, los matices diferenciales entre filme en soporte vídeo y filme en soporte película que se proyecta sobre pantalla son importantes. Los psicólogos sociales han estudiado lo que significa la pérdida de anonimato y la consiguiente desinhibición de los individuos dentro de grupos masivos.

Los primeros teóricos del cine mudo describieron las peculiaridades del lenguaje puramente visual del cine y su tremendo impacto emotivo, su capacidad de síntesis. Se vio que el cine podía ayudar al hombre a redescubrir el mundo visualmente, no solo el mundo lejano que no estaba a su alcance, sino el mundo de todos los días que a través del ojo de la máquina y por arte del cine reaparecería limpio y directo, sin barreras conceptuales. Se pensó que con el cine aparecería un nuevo lenguaje universal, el lenguaje de la imagen, y todos los vanguardistas de Europa, Rusia y los EE-UU se dispusieron a su conquista.

Radio.

La radio nos devuelve al ámbito de la noticia, pues comparte con la prensa y la televisión la posibilidad de facilitar el conocimiento sobre la realidad a través de aquella.

La tradición cultural nos impide objetivar el esfuerzo tan considerable que supone la verbalización de los acontecimientos de la realidad en los que el componente icónico es fundamental.

Hoy la radio capta a una audiencia juvenil, llegando a convertirse en ocasiones de verdaderas locomotoras del consumo musical principalmente.

Aunque determinados acontecimientos son, hoy por hoy, susceptibles de una retransformación mejor por radio que por T.V, esta suple en la mayoría de las ocasiones las insuficiencias de aquella. No obstante, la radio tiene a su favor el poder de individualización que comporta. El medio de comunicación familiar que era la radio ha dejado su lugar a la televisión, para ir al encuentro de individuos o grupos no tan institucionales.

En relación con los valores culturales y morales ocupa un lugar intermedio entre el polo de la realidad y lo serio, y el opuesto, lo que refleja un equilibrio más o menos equitativo entre información y entretenimiento.

La radio es un medio esencialmente auditivo: dentro de la jerga audiovisual se conoce como "audio".

Por la rapidez con que se difunde, la economía del servicio y el alcance de su emisión, la radio es un valioso elemento de información y educación.

La radio se ha desarrollado en los países ricos y permanece en estado larval en los países de pocos recursos.

En América Latina el cuadro es curioso: a pesar del bajo nivel de desarrollo económico, la radiodifusión, está  relativamente avanzada. Se nota la tendencia a utilizar la radio para la educación. El mayor desarrollo de la radio, en cantidad y calidad, se ha operado en zonas urbanas.

Toda labor futura bien llevada en el terreno de la radiodifusión deberá prestar especial atención a las áreas rurales y elevar y diversificar el contenido de los programas, a la vez de mejorar la distribución del área de la programación.

En una época la radio tría algo nuevo en la comunicación para las masas: la inmediatez. A veces no nos enteramos de lo que está  pasando sino de lo que nos dicen que está pasando. De ahí  el control que los regímenes ejercen sobre la radio.

Otra novedad fue el realismo de la radio que llegó a ser un nuevo medio de comunicación y expresión: verdaderos descubrimientos de mundos sonoros.

La voz humana, la música, los sonidos y los efectos son los elementos básicos del lenguaje radiofónico.

La radio puede ser también un agente de cultura. Las características específicas de la radio hacen de ella un valioso auxiliar didáctico siempre que se lo use adecuadamente.

Televisión.

La televisión es un entretenimiento peculiar de la época compleja en que vivimos. En un mundo inseguro y sin apoyos internos, la televisión es una ayuda inocua, permite matar el tiempo. El hombre común no tiene más remedio que usar a los medios.

En nuestro mundo no solo han disminuido las distancias sino que se ha incrementado la comunicación.

La rápida expansión de la T.V ha sido posible en las sociedades de numerosa clase media, con su elevado índice de estandarización, su buen poder adquisitivo, su mayor gasto en publicidad, su concentración urbana y su consumo de símbolos producidos masivamente.

La atracción que ejerce sobre las masas es de naturaleza psicológica y artística en el sentido de un arte popular con características muy particulares y distinta a la convencional.

Hoy el arte popular, a través de los medios para las masas, tiene una audiencia enorme, que es más amplia heterogénea y diversificada que nunca. El arte popular de nuestros días posee características industriales, se dirige hacia el mercado y sus necesidades, tiene sus objetivos rígidamente prefijados (ganar mayor audiencia, manejar estereotipos determinados, acentuar el estándar conservador) y emplea símbolos simples para alcanzar un público mayor.

La televisión como lenguaje posee ciertas características que le han sido impuestas por las limitaciones técnicas del medio y las condiciones sociales que enmarcan el espectáculo televisivo. Pero podrán ser superadas y las condiciones sociales podrán cambiar.

Los receptores de T.V están instalados en la intimidad del hogar, poseen una pantalla relativamente pequeña y se dirigen a un espectador condicionado por la intimidad. La televisión usa y abusa de la apelación personal.

La televisión ha demostrado ser buena o mala según el uso que se le de. Lo que significa una revolución en nuestras vidas. No podemos quedarnos de brazos cruzados frente a lo negativo o positivo que la televisión nos ofrece diariamente. Puede ser un vehículo de comprensión internacional y convivencia pacífica, o un canal odio y agresión.

La T.V nos ha puesto frente a algo totalmente nuevo. Es preciso idear nuevos métodos para estos nuevos medios.

El avance electrónico ha sido demasiado veloz, nuestra celeridad mental no alcanza a comprender la vida nueva. Este es el reto más serio que nos propone la era de la imagen.

La imagen habla el lenguaje de los niños y el pueblo. Enseña técnicas de información, motiva, golpea emocionalmente, permite una fácil identificación. A lo largo de la historia de la humanidad se nota una corriente de expresión y comunicación popular, cuya columna vertebral es la imagen visual.

El visualismo puede ser la degeneración de lo visual, como el verbalismo es la degeneración de lo verbal.

Los MCM son también instrumentos de poder. Con ellos se trata de embotar las mentes y proveerlas de eslóganes. En vez de estimular con ellos la liberación de las personas, se estimula el condicionamiento para la estreches mental y la esclavitud. Con los medios sensacionalistas se está dando vida a una imagen estrecha y caverniana. El afán competitivo ha tenido todo con las leyes de compra-venta y los MCM se usa, así mismo, para vender ideas y formas de vida.

Se usa la imagen visual por su poder de fascinación para manipular al ciudadano. Se atropellan culturas cuyas riquezas son a veces más valiosas que las del agresor.

La dependencia en el conocimiento de la realidad llega a ser tan aguda que la credibilidad de ese conocimiento transmitido por televisión se asigna más fácilmente que a otros medios. La magia que en este sentido tuvieron y siguen teniendo los libros, la letra impresa, se traspasa ahora a la televisión. Los programas denominados instructivos gozan de mayor confianza por parte los espectadores. Así  se obtiene una escuela simultánea que multiplica sus efectos, dado que la T.V sigue siendo un medio familiar doméstico. Todos los aspectos de la realidad tienen cavida en el medio. Todo puede ser vehiculado con una orientación hacia todos los núcleos de reproducción social que son las unidades familiares. No existen virtualmente noticias de la que la televisión se haya utilizado para la acción o resistencia política, de manera que debe ser el medio de comunicación menos revolucionarios de la historia.

Se señalan como más destacados los siguientes rasgos de los mensajes sociales que reciben los menores a través de la televisión:

  • Estimulación de las opiniones estereotipadas respecto a temas sociales. Lógicamente también se puede lograr el efecto contrario y más deseable de la eliminación de estereotipos.
  • Estimulación de sentimientos adversivos o de aceptación de los grupos sociales minoritarios.
  • Reducción o exaltación del etnocentrismo nacional. Dada la vinculación por sistemas sociales de poder, es poco probable que se reduzca sistemáticamente.
  • Impacto de los fines sobre las opiniones. La vehiculación de filmes que abordan una misma temática bajo un punto de vista similar acumularían más los efectos.
  • Reconocimiento de personajes o identificación con ellos. También aprendizaje de la capacidad de predicación dada la recurrencia de programas, publicidad y estructura narrativa de los filmes.

Esto implica que los niños pueden utilizar las similitudes entre los personajes cinematográficos y las personas reales, para establecer generalidades del comportamiento humano.

  • Mayor poder de transmisión de mensajes emocionales, tanto positivos como negativos, unido a la percepción de realidades que los acompaña.
  • Aprendizaje del papel de consumidor.

Tanto la radio como la televisión cumplen una función que se les designa: la educativa, la formativa o socializadora.

Aunque la televisión tiene ventaja en el cumplimiento de esta función, tanto porque presenta modelos culturales más parecidos a como son en la realidad, como por la utilización de diversos lenguajes, la radio también contribuye a la socialización de los menores y de los adultos.

La radio es equiparable al texto impreso en cuanto presenta y, por tanto, fomenta un estilo verbal y articulado de comunicación. La televisión es equiparable a la comunicación cara a cara porque presenta y fomenta o favorece un estilo audiovisual.

Muchas actividades fundamentales de la participación democrática se convirtieron en acontecimientos que los ciudadanos miran por televisión. La mayoría de los votantes no tienen contacto con los candidatos de los partidos políticos y no asisten a actos públicos convocados por estos.

Los candidatos buscan dar a conocer sus propuestas de solución para sus problemas que enfrenta la sociedad a través de la televisión. Es cada vez más frecuente que los debates a través de los representantes de los distintos partidos políticos y entre los funcionarios del gobierno y los dirigentes políticos de la oposición sean televisivos.

Es conocida por todos la influencia que tiene la televisión en la vida de las personas y la cantidad de tiempo libre que se le dedica.

Algunos de los investigadores afirman que esa influencia es muy grande en el caso de los chicos y jóvenes, en especial en la formación de su identidad. Las imágenes tienen cada vez más poder de convicción, es decir, es muy fácil creer que lo que se ve en televisión es verdad. Por eso, sostienen los investigadores, los chicos muchas veces aceptan fácilmente, los modelos de juventud o niñez que se presentan en la pantalla. Los programas y las publicidades tratan de convencer sobre como son los chicos y jóvenes (o como deben ser), lo bueno que es hacer tan cosa, o qué bien se van a sentir si compran esto o aquello.

Aceptar los mensajes tal cual son sin ningún cuestionamiento acerca de qué pensamos de lo que vemos o escuchamos, hace muy difícil la formación de la personalidad y del criterio propio de cada uno.

La historia del desarrollo de la televisión ha sido en esencia la historia de la búsqueda de un dispositivo adecuado para explorar imágenes. El primero fue el llamado Nipkow, patentado por el inventor alemán Paul Gottlieb Nipkow en 1884. Éste no funcionaba eficazmente con tamaños grandes y altas velocidades de giro para conseguir una mejor definición.

Los primeros dispositivos realmente satisfactorios para captar imágenes fueron el iconoscopio, fue inventado por el físico estadounidense de origen ruso Vladimir Kosmazworykin en 1923, y el tubo disector de imágenes inventado por el ingeniero de radio estadounidense Philo Taylor Farnsworth poco tiempo después. En 1926 el ingeniero escocés John Logiebaird inventó un sistema de televisión que incorporaba los rayos infrarrojos. Con la llegada de los tubos y los avances en la transmisión radiofónica y los circuitos electrónicos que se produjeron en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, los sistemas de televisión se convirtieron en una realidad.

Las primeras emisiones públicas de televisión las efectuó la BBC en Inglaterra en 1927 y la CBS y NBC en EE-UU en 1930. Ambos utilizaron sistemas mecánicos y los programas no se emitían con un horario regular. Las emisiones con programación se iniciaron en Inglaterra en 1936 y en EE-UU en 1939. Las emisiones programadas se interrumpieron durante la Segunda Guerra Mundial, reanudándose cuando terminó.

A partir de la década de 1970, con la aparición de la televisión en color los televisores experimentaron un crecimiento enorme, lo que produjo cambios en el consumo del ocio.

A medida que la audiencia televisiva se incrementaba por millones hubo otros sectores de la industria del ocio que sufrieron drásticos recortes de patrocinio. La industria del cine comenzó  su declive con el cierre de muchos locales.

En la actualidad existen más de 300 canales de televisión y una audiencia, según números de aparatos por hogares (más de 60 millones), de más de 200 millones de personas.

A partir de 1984, la utilización de satélites para las transmisiones de alcance mundial permite que la señal cubra la totalidad de los cinco continentes.

En 1986 había 3,8 habitantes por aparato de televisión, en la actualidad ha bajado a 3,1. En la actualidad en todo el mundo, la televisión es el pasatiempo nacional más popular; e 91% de los hogares españoles disponen de un televisor en color y el 42%, de un equipo grabador de video.

Durante los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial se realizaron diferentes experimentos con distintos sistemas de televisión en algunos países. Cerca del 98% de los hogares en la ex –URSS (3,2 personas por receptor) y en Francia (2,5 personas por receptor) poseen televisor, siendo el porcentaje de 94% en Italia (3,9 personas por receptor) y 93% en los hogares de Alemania actualmente parte de la reunificada República Federal de Alemania (2,7 personas por receptor).

Opinión pública y MCM.

Son varios los factores que pueden operar como formadores de la opinión pública. En la sociedad moderna actúan diferentes niveles de persuasión y en algunos casos se asiste a un verdadero bombardeo de la comunidad a los efectos de formar opiniones coincidentes:

  • Los partidos políticos.
  • Las expresiones de personalidades destacadas o famosas.
  • Las cartas de lectores de los periódicos.
  • La propaganda.
  • Los MCM.
  • Las encuestas de opinión que se realizan antes de las elecciones de gobernantes o para medir la repercusión de algún hecho destacado.

Todos estos factores influyen de manera directa o indirecta sobre la opinión pública.

Es importante tener en cuenta que el hecho de que una mayoría coincida en un determinado punto de vista no significa que sea necesariamente la opinión correcta. La falta de información, el peso de los intereses de cada grupo o la ausencia de suficiente reflexión pueden hacer predominar ideas equivocadas.

Todos los gobiernos, partidos políticos, los sectores sociales y religiosos reconocen el valor de la opinión pública. En consecuencia, tratan de influir sobre ellas a través de los distintos medios.

En todas las contiendas bélicas del siglo XX se observaron evidentes esfuerzos de los gobernantes para demostrar la justicia de su causa y así ganarse a la opinión pública de cada país.

Aún los regímenes anti-democráticos procuran tener a su lado la mayoría de los gobernados para justificar sus actos. Los gobiernos democráticos, por su parte, legitiman el poder en el apoyo de la ciudadanía. En nuestros días el desenvolvimiento de la opinión pública ha adquirido caracteres especiales con el formidable desarrollo de los MCM, cuyo influjo y poder, a veces enorme, pueden actuar como manipuladores de la opinión generalizada.

La educación, la información, la propaganda y la publicidad son algunos de los factores fundamentales que contribuyen a la formación de la opinión pública.

Los MCM son los voceros y transmisores visibles más llamativos de la opinión pública y ala vez, contribuyen a formar esa opinión a través de sus influencias y sus relaciones mutuas.

La importancia de los MCM en la formación de la opinión pública está dada por algunas de sus características: la velocidad con que llegan al público y el vasto escenario que abarcan. Una noticia difundida en un área densamente poblada accede instantáneamente a millones de personas que, al difundirla, multiplican su alcance. Tanto en los estados democráticos como en los sistemas totalitarios, el valor de la opinión pública a sido y es un factor reconocido de importancia política.

Nuevas tecnologías comunicacionales: Proceso de homogeneización y fragmentación social.

Antes de los ´80 existían en la Argentina circuitos cerrados de T.V, el actual fenómeno de la televisión por cable contiene dos tecnologías que le son complementarias y con las que antes no se contaban: el video, las cámaras y las videograbadoras, con buena imagen y bajo costo, y la T.V satelital nacional e internacional.

La creación en los canales locales, en la T.V por cable, reduce aún más la presencia relativa de lo nacional por la irrupción de una importante y creciente imagen local-pública.

El fenómeno tecnólogico plantea una situación muy distinta que se refleja principalmente a partir de la instalación de las radios F.M de baja potencia: un público masivo tradicionalmente incorporado al mercado medial nacional, se vería segmentado a partir de las diversas particularidades de los públicos.

La fragmentación del mercado comunicativo hace emerger situaciones en las cuales el producto y escucha tienden a igualarse tanto cualitativamente como cuantitativamente-fundamentalmente por la búsqueda de representatividad de los programas en términos sociales, políticos, por identificación geográfica-radios comunitarias o culturales.

La simple constatación de estos hechos demuestra que la sola presencia de tecnologías distintas a las preexistentes reordena cuntitativa y cualitatativamente el espacio público y la imagen que de su entorno más cercano y del mundo tiene la gente.

Si en el fenómeno radial la implosión vía la fragmentación del público amplio -ya sea en términos socioculturales, geográficos o generacionales-, en la televisión por cable, en las pequeñas localidades, el avance tecnológico permite una explosión de los públicos a través de una ampliación de la masa de televidentes y de mayores ofertas a ellos. Esto es lo que aparece como nuevo en el mapa audiovisual argentino: la internacionalización de la información por un lado y la mediatización de la vida cotidiana por el otro.

De las situaciones descriptas anteriormente podemos deducir los siguientes fenómenos:

  • La creciente internacionalización de las imágenes que permite la televisión satelital redundaría en un proceso de homogeneización cultural dentro de la aldea global.
  • Una creciente diversificación de los públicos debido a una múltiple oferta medial redundaría en un proceso de fragmentación social.

La demanda específica de programación local intensifica la segmentación de la unidad política y cultural de la nación, fundamentalmente debido a la pérdida de centralidad de los canales.

Lo que va produciendo de este modo es la disolución de la hegemonía del "sistema institucionalizado" de comunicación masiva en beneficio de ofertas comunicativas.

En el masivo se combinan lo local y lo universal disolviendo las naciones de "territorio" y de "nación".

  • Una diferente manera de distribución/adquisición y conformación del conocimiento público:

El crecimiento de la población conllevaría inevitablemente a una igualación de los conocimientos de distintos sectores socioculturales. Pero si hacemos abstracción de que el acceso a los medios más sofisticados y costosos implica una primera segmentación del público, se produciría de todos modos una creciente desigualdad en la adquisición de los conocimientos.

Un primer problema se ve no tanto en la fragmentación de la audiencia sino en la creciente desigualdad que tendería a subrayar y consolidar crecientes en materia de ingresos y de oportunidades educacionales. Pero aunque el acceso sea igualitario, y aquí el segundo problema, se produce no una nivelación de conocimientos sino todo lo contrario, una distancia cada vez mayor. Una proliferación de los medios solo tendería a una fragmentación del consumo, a una mayor distancia de los sectores socio-culturales en término de acceso diferenciado a los conocimientos ofrecidos, y por lo tanto, a una acentuación de la tendencia a la privatización de consumos informativos.

En dicho marco no tiene mucho sentido el estudio de los efectos de los medios a corto plazo, como forma de establecer el cambio de actitud o de opinión de los receptores, ya que la influencia preponderante de ellos no se constata en términos de persuasión o manipulación, sino a través de la relación "sociedad-medios-conocimiento-realidad".

Los medios tendrían más éxito en decirnos en qué pensar, que en indicar qué pensar sobre determinado tema. Esta capacidad de los medios para influenciar en el conocimiento que la gente tiene de la realidad, en el modo de estructurar su pensamiento, ha sido denominada función de "agenda setting", es decir, la capacidad que tienen los medios de organizar la agenda de temas que la sociedad considerará de interés público, aunque no se acuerde en la valoración de los mismos.

Con relación a la conformación del conocimiento público, se confirmaría la hipótesis de que las prioridades de los medios se convierten en las prioridades del público, sobre todo en el ámbito político y en el medio televisivo.

Tal vez es en campo político donde nuestro conocimiento de la realidad sea de segunda mano, ya que no tenemos contacto directo de ningún tipo con los acontecimientos en sí mismo, y todo nuestro saber se basa principalmente en la versión que de ellos nos brindan los medios.

En la televisión, a pesar de su "mayor efecto de la realidad", los acontecimientos se nos presentan, "realidad editada" previa elección de los hechos considerados noticiables.

Los medios efectúan dos claros recortes de la realidad pública: uno concerniente a la elección de los acontecimientos a cubrir, otro, al modo que se presentan o jerarquizan. A esto se le agrega el recorte del público, que de todos modos no puede ir más allá  del marco de conocimiento público por los medios.

Tecnología y vanguardias de principios de siglo.

Los diferentes intentos de las distintas vanguardias de principios de siglo llevaban la marca de una insatisfacción por los modos tradicionales de representación simbólica. La realidad y su imagen social ya no coinciden. No es solo un problema de representación, es también un profundo conflicto perceptivo lo que subyace a esta inadecuación.

Quizás todos los manifiestos e incluso la participación efectiva de las vanguardias artísticas en el ámbito político pregonan un cambio estético en los códigos de representación tanto como un cambio revolucionario en la esfera social. La estética se expande al espacio social: pensar la realidad como materialidad de un cambio es crear lo posible, impulsar una utopía que se asemeje cada vez más a la realidad que voy construyendo. Esto implica una actividad política que no está exenta de un valor estético.

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